miércoles, 2 de febrero de 2011

Análisis Formal

La casa, realizada a partir de 1961 llegó a ser el prototipo de la arquitectura de este arquitecto en los años sesenta; con su geometría rigurosamente ortogonal, su estructura metálica, vista y pintada de rojo, la cubierta de chapa de aluminio y sus amplios ventanales volcados hacia el jardín, la casa refleja la personalidad de su autor, tanto por su imagen como por la organización de sus espacios.
Las principales novedades en la construcción de esta casa son entre otras la cubierta inclinada, símbolo de la modernidad de la época; la supresión de la cornisa; la continuidad espacial y el uso de la planta en L, siendo este último punto uno de los más interesantes ya que utiliza esta geometria dividiéndola para jerarquizar espacios.

La casa está dividida en dos plantas:
-          La primera, en donde se encuentran las dependencias principales  divididas en dos zonas: la zona de noche, donde se encuentran los dormitorios y aseos y la zona de día donde se sitúan las zonas de estar. Siendo el encuentro entre las dos alas el punto oscuro donde se encuentra la mayor zona de interioridad de la casa y donde está situado el cuarto familiar, el corazón de la casa.




      
-           La segunda,  es la planta semienterrada donde se localiza el estudio con sus habitaciones auxiliares y las zonas de servicio de la casa


  
Por otra parte los espacios también están diferenciados  según su altura ya que los espacios comunes tienen una mayor amplitud y apertura que los espacios privados, cosa que podemos observar en los techos altos de los salones; mientras que los espacios privados están compartimentados y  cerrados al resto de la casa, en los cuales la altura del techo es decreciente conforme nos acercamos a la fachada Sur y según la edad de sus ocupantes.

   
Por otra parte la importancia de la casa también reside en su funcionalidad diferenciada en dos sentidos:  en su función por el contenido y  por la orgánica actuación humana.  Lo que facilita los recorridos a través de toda la vivienda; cerrándose el acceso desde el exterior y creándose en el patio un auténtico centro para la vida.


El acceso se produce por un extremo de la finca, ascendiendo desde allí casi paralelamente a uno de sus lindes en suave pendiente, con trazado de leve curvatura; de este modo la percepción del volumen principal de la vivienda se produce necesariamente en escorzo, siempre de abajo arriba, que nunca permite una visión completa y frontal de la casa, en la que adquieren un protagonismo grande los prominentes testeros de las vigas metálicas pintadas de rojo, que sobresalen bajo el alero, a cuya plataforma se debe ascender para poder contemplar desde ella las perspectivas cerradas que definen el ‘paisaje’ contenido dentro de la parcela, que se distribuye en una sucesión de terrazas en cascada.




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